EL MUNDO
10 octubre 2011
La cirugía de los
labios vaginales está de moda
Patricia Matey
La labioplastia se recomienda a
quienes tienen un tamaño anormal o asimétrico. Las anomalías pueden dificultar a
veces las relaciones sexuales. El proceso de recuperación tras la cirugía suele
ser de tres días.
No
se lleven a engaños. No es el aumento de pecho, ni la eliminación de las
cartucheras o de las arrugas los tipos de cirugía estética que están en alza.
Ahora, al parecer, lo que las mujeres desean es disminuir el tamaño de sus
labios vaginales, una vieja petición de las actrices de películas
pornográficas.
Al
menos eso dicen las estadísticas. Según reconoce el Servicio Nacional de Salud
británico, en los últimos diez años este tipo de intervención es cinco veces
más frecuente. En nuestro país, y tal y como se ha puesto de manifiesto durante
el Congreso de la Sociedad Española de Medicina Antienvejecimiento y Longevidad
(SEMAL) celebrado en Madrid, las intervenciones
cirugía estética íntima se han duplicado en los últimos cinco años. Entre las
técnicas más demandadas están la lipoescultura del
pubis o del monte de Venus, el estrechamiento vaginal, la reconstrucción del
himen o la reducción de los labios vaginales.
Miguel
Chamosa, vicepresidente de la Sociedad Española de
Cirugía Estética y Reparadora (SECPRE), lo admite:
"Hemos comprobado que se ha elevado la demanda de la cirugía vaginal. De
la misma opinión es Juan Monreal, presidente de la Asociación Española de
Cirugía Estética y Plástica (AECEP), que reconoce que
"el número de solicitudes de este tipo de tratamientos ha aumentado,
probablemente, debido a que se conoce más su existencia. No pienso que haya una
mayor demanda por el famoso culto al cuerpo". Según sus cálculos
personales, y "pese a que es difícil de estimar, ya que no se suelen
incluir en muchas de las estadísticas, las intervenciones anuales de reducción
de los labios vaginales anuales deben rondar las 100".
Conocida
como labioplastia reductora o ninfectomía,
se recomienda a mujeres que por razones congénitas u otras causas presenten
labios vaginales mayores o menores de un tamaño anormal, asimétrico o colgante.
"Yo prefiero hablar de proporción. Si los labios mayores son demasiado
finos, por ejemplo, no cubren los menores entonces da la sensación de que son
de mayor volumen", destaca el experto de la SECPRE.
Diversos motivos
Insiste,
además, en que los motivos para "su remodelación son múltiples como la
incomodidad al vestir prendas cada vez más ajustada o al llevar trajes de baño.
También por molestias durante la práctica de deporte, como montar en
bicicleta".
Puede
ocurrir también que los "labios menores (aquellos que rodean el orificio
de la vagina) se plieguen sobre sí mismo por su gran
tamaño, dificultando en muchas ocasiones las relaciones sexuales. Pero pueden
reducirse a un tamaño funcional y estéticamente más normal, sin que resulte
problemático ni molesto y sin que pierdan su función protectora o su
sensibilidad" puntualiza el doctor Monreal.
Formando
parte de la unidad estética de los labios menores se encuentra el capuchón del
clítoris. "Esta área de piel que recubre el clítoris puede tener también
un tamaño más grande del adecuado protruyendo hacia
el exterior a modo de pene. En ocasiones el capuchón y el propio clítoris se
encuentran descendidos por debajo de su lugar ideal. Estas circunstancias
descritas pueden e, incluso, deben ser corregidas si se detectan para poder
conseguir un resultado adecuado", añade.
Pero
la motivación estética es la que más empuja a las mujeres hacia la cirugía
vaginal. "Lo demuestra el grado de satisfacción con la técnica en el 99%
de las intervenidas", agrega el cirujano Chamosa.
Y también el hecho de que el primer estudio llevado a cabo sobre las verdaderas
dimensiones de los labios vaginales de las que desean pasar por quirófano para
modificarlos revele que todas tenían un tamaño considerado como normal.
Publicada
en la revista 'An International
Journal of Obstetrics and Gynaecology', "el ensayo se realizó con 33 mujeres que
acudieron a un centro médico de ginecología de Londres demandando una labioplastia reductora. La media de edad fue de 23
años", se insiste en el trabajo. En dicho centro, la práctica clínica es
la de intervenir a mujeres "a partir de los 18 años, cuya longitud de los
labios sea mayor de 50 milímetros o con una marcada asimetría entre los
superiores e inferiores de más de 30 mm.".
"Para
nosotros ha sido una sorpresa encontrar que las participantes tuvieran un
tamaño normal de labios, pero lo más preocupantes fue ver la edad de alguna de
las solicitantes, concretamente una niña de 11 años", reconoce Sarah Creighton, del Instituto de
Salud de la Mujer de Londres y una de las autoras de la investigación.
El tamaño
Los
datos revelan que todas poseían dimensiones normales, con una media de 26,9 mm.
del labio derecho y 24,8 mm.; del izquierdo. Además, a tres de las
participantes se les ofreció "la cirugía para hacer frente a una
significativa asimetría de los labios. A 12 (40%) se les negó la intervención,
aunque ellas reconocieron que seguirían solicitándola en otros centros médicos.
Un total de 11 aceptó la recomendación de acudir a un psicólogo y una fue
referida a los servicios de salud mental", comentan los investigadores
británicos.
Otras
conclusiones son las que hacen referencia a lo que las pacientes les gustaría
lograr con la intervención. "La mayoría reconoció que deseaba mejorar la
apariencia de los labios. Otros argumentos fueron: reducción de las molestias,
aumentar la confianza en sí mismas y mejorar las relaciones sexuales". Bien
planificada, "la intervención devuelve la confianza y la autoestima a las
pacientes", apostilla el presidente de la AECEP.
La
intervención, "cuyo precio oscila entre los 800 y los 2.500 euros
dependiendo del tipo de intervención y del 'caché' del cirujano", según
este experto, generalmente se realiza bajo anestesia local asociada a sedación,
en régimen ambulante. El periodo de convalecencia, a adaptar a cada tipo de
actividad laboral, suele ser breve, en torno a tres días, con revisiones más inmediatas
a las 24 y 72 horas. El reinicio de relaciones es posible hacia las cuatro
semanas.
Problemas éticos
Pese
a que los propios investigadores británicos reconocen que dado que la
"definición de un labio menor normal resulta problemática, el criterio
para intervenir o no suele ser del cirujano. Por este motivo, y dado el aumento
de estas intervenciones y la edad de algunas de las solicitantes, los
resultados de este estudio plantean un dilema ético".
Para
el vicepresidente de la SECPRE, "el desembarco
de compañías comerciales que se mueven por intereses económicos y que 'operan
por operar' es uno de los problemas para frenar las intervenciones estéticas
que no son necesarias. Hay que moverse con principios éticos a la hora de
aconsejar a las pacientes, algo que desafortunadamente se está perdiendo".
Muchas
mujeres "estás solicitando la labioplastia con
fines estéticos, lo que significa que el aumento de este tipo de intervención
es potencialmente infinito, tal vez por ello se necesita de forma urgente la elaboración
de protocolos, una responsabilidad que cae sobre los profesionales médicos y
las sociedades", defienden los científicos británicos.
Para
el doctor Chamosa se trata de una buena propuesta.
"Creo que deben hacerse este tipo de protocolos, pero teniendo en cuenta
en ellos muchas variables. Por ejemplo el tamaño de los labios dependerá
también de la altura y peso de la paciente, por lo que no se pueden establecer
longitudes cerradas".